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Aunque la fiebre aftosa no representa una amenaza para la seguridad alimentaria o la salud humana, es vital evitar que la enfermedad ingrese y se propague en los EE. UU. porque puede afectar negativamente el suministro de alimentos debido a la disminución de la producción de la industria. Si un brote de fiebre aftosa redujera la cantidad de carne y leche que se produce, es posible que pague más por estos productos en las tiendas de comestibles y restaurantes.

Impactos económicos y comerciales

Evitar que la fiebre aftosa ingrese a los EE. UU. es importante para mantener una parte vital de la economía nacional. Anualmente, la industria de la carne de res contribuye con USD 167 mil millones en ventas brutas y miles de empleos a la economía nacional. Estas importantes contribuciones económicas no serían posibles si los animales sufrieran innecesariamente y no pudieran producir a su ritmo normal. 

Después de un brote de fiebre aftosa, se necesitarían años, si es que alguna vez se produce, para que la producción y el comercio internacional vuelvan a tener los niveles anteriores al brote. Esto significa que las consecuencias y las pérdidas económicas de un brote de fiebre aftosa durarían muchos años.

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Según el USDA, la FDA, los CDC y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre aftosa no es una amenaza para la seguridad alimentaria ni para la salud humana.

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Preguntas frecuentes

Según el USDA, la FDA, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de EE. UU. y la Organización Mundial de la Salud (OMS), la fiebre aftosa no es una amenaza para la seguridad alimentaria o la salud humana. Es seguro consumir carne y leche.
La carga de estos costos probablemente recaería sobre los agricultores y ganaderos. Sin la capacidad de obtener ganancias con la carne de res que han criado, probablemente tendrían que reducir el tamaño de su rancho, despedir al personal e incluso vender sus negocios.
Se ha estimado que el costo potencial de un brote de fiebre aftosa en los Estados Unidos supera los USD 50 mil millones, según un estudio de 2012. Según un estudio de 2011 del Centro de Desarrollo Agrícola y Rural de la Universidad Estatal de Iowa, un brote descontrolado de fiebre aftosa en los EE. UU. podría causar pérdidas económicas de aproximadamente USD 200 mil millones a lo largo de 10 años.